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Techos y Azoteas: Los techos, especialmente los planos, están expuestos a la lluvia y deben ser impermeabilizados para evitar filtraciones que puedan dañar la estructura y los interiores del edificio.
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Paredes Exteriores: Las paredes exteriores, especialmente en zonas lluviosas, necesitan protección contra la humedad para evitar el deterioro del revestimiento y la formación de moho y hongos.
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Sótanos y Cimientos: Las áreas subterráneas son propensas a la humedad ascendente y lateral. Impermeabilizarlas es esencial para prevenir daños estructurales y mantener el interior seco.
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Balcones y Terrazas: Estas superficies están expuestas al agua de lluvia y requieren una buena impermeabilización para evitar filtraciones que puedan afectar las áreas inferiores o interiores adyacentes.
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Baños y Cocinas: Aunque no están expuestos directamente a la lluvia, estas áreas tienen alta humedad y riesgo de salpicaduras de agua, lo que puede llevar a la formación de moho y daños en las superficies.
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Piscinas y Fuentes: Las superficies de las piscinas y fuentes deben ser completamente impermeables para evitar pérdidas de agua y daños estructurales.
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Muros de Contención: Estos muros, que retienen tierra y están en contacto constante con la humedad del suelo, requieren impermeabilización para evitar filtraciones y deterioro.
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Juntas de Dilatación: Las juntas de dilatación en edificios y estructuras necesitan ser impermeabilizadas para evitar que el agua se filtre a través de ellas.
Para la aplicación de impermeabilizantes en pintura, es crucial seguir las instrucciones del fabricante y preparar adecuadamente las superficies. Esto incluye la limpieza, el sellado de grietas y la aplicación de imprimaciones si es necesario. Utilizar productos de calidad y técnicas adecuadas asegurará una protección duradera contra la humedad.